MAGNA CARTA

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Chile / Europe
Ya sea en festines de proporciones gargantuescas o liliputenses, tanto en platos sofisticados como los de Trimalción o preparados para un paladar cirenaico, buscamos la perfección. Con ésta en la mira hacemos pública nuestra comida y aceptamos la crítica constructiva. No tememos, sin embargo, arriesgarnos al rigor de la verguenza pública, o a la devastadora consolación de la madre.

domingo, 3 de marzo de 2013

Chipa Guasú (el clásico de Rodrigo "paragüita")




Este clásico paraguayo solía cocinarlo nuestro amigo Rodrigo Villagra en Escocia, y siempre decía que era el plato de los niños pobres del Paraguay. Es ideal para la temporada del choclo fresco: lo cociné ayer y tuvo mucho éxito. Aquí va la receta para cuatro personas, transmitida por el mismísimo difusor. 


Ingredientes


Un kilo de choclo (maíz dulce, elote) rallado

Tres cebollas medianas o dos grandes
200g de mantequilla
300g de queso
Cinco huevos
400g de leche
Sal & pimienta

Preparación


La base es un kilo de choclo rallado, de modo que hay que comprar el choclo entero, e idealmente joven. La cebolla se pica en cuadritos finos, el queso también debe rallarse o cortarse en trocitos, y los huevos han de ser batidos. 

En una olla grande se deja derretir la mantequilla, y luego se debe freir en ella la cebolla un poco, hasta que se transparente. Luego le vertimos la leche, y antes de que alcance el punto de ebullición, vertimos el resto de los ingredientes (todos). Se revuelve bien la mezcla por un par de minutos mientras se salpimienta, y luego se vierte todo en un recipiente apto para el horno, que puede ser un molde pastelero o una fuente. Se deja cuarenta minutos en el horno a 200 grados, veinte de los cuales la fuente debe de estar tapada, y los últimos veinte destapada. Los expertos tienen dos criterios para determinar el punto en el que este tipo de platos están listos: primero, debe estar dorado por encima, y segundo, si uno introduce un cuchillo hasta el fondo, al sacarlo debería salir sin remanentes de comida. 
Como siempre sucede con este tipo de platos, sabe aún mejor la segunda vez que se merienda. 
No espere que quede como un pastel al trozarlo y repartirlo: es un plato húmedo y suculento. Si lo deja reposar un par de horas, sin embargo, se hace más compacto y más fácil de repartir. 



lunes, 9 de abril de 2012

Goulash Austriaco à la Eremiev



Cada persona que he conocido y que sabe preparar Goulash suele considerar su versión como la mejor o como la original. Probablemente cada una de ellas esté en lo cierto (además soy demasiado indolente como para hacer el esfuerzo de contrariarlas), no obstante, hay situaciones extremas donde se pasa de lo original y propio al terreno de lo indeterminado, o lo que es peor, de lo insulso.
Por ejemplo, en las vacaciones de verano fui a una pequeña ciudad sureña de aires germanos. Llevado por una mezcla de curiosidad y flojera me deje caer en una cervecería artesanal que albergaba pretensiones de restorán. Sin deseos de hacer otra cosa que no fuera sentarme y beber una cerveza para pasar el rato dejé que mis ojos divagaran por el menú. He aquí lo que vi.


Platos de fondo:
Escalopa Káiser
Lomo de cerdo
Jabalí asado
Goulash con spaetzel

¡Goulash con spaetzel! Me rendí a la gula y me apresté con decisión a probar el delicioso plato. Levanté los ojos de la carta y me encontré cara a cara con un niño pequeño y rubicundo, disfrazado de mozo y con aire de estar amurrado. Joven, le dije con el mayor aire de solemnidad y seriedad que pude adoptar, quisiera probar el goulash. No hay, fue su respuesta, pero puede probar otras cosas del menú, añadió sin siquiera esbozar una sonrisa. ¡Diablos!, pensé, la única razón por la que quería comer en este remedo de los Alpes era el goulash y resulta que no hay. Debido a mi debilidad de carácter no hice lo que debí hacer –pararme e irme del infame lugar-, sino que pedí otra cosa, una desabrida hamburguesa. Cuando terminé, amargado y con ganas de una revancha, di con la dueña del lugar, rubicunda como el muchacho, pero mayor y más entradita en carnes. Señora, excúseme, pero ¿cuando prepararán goulash?, es que me quede con las ganas…¿Cómo? -Respondió abriendo los ojos como platos- pego si hay, hay mucho!!! Heinrich, ¿poj qué le dijiste al caballego que no hay goulash? Vi como el niño se hacía todavía más pequeño. Como no quería ser testigo de una situación Kafko-edípica, decidí ir desviar la conversación. Oiga, le dije, y ¿qué vino le agrega al plato? Nuevamente puso una cara de sorpresa, a esas alturas supuse que le encantaba ser sorprendida o que estar atónita era su manera de ser en el mundo. Yo no agrego vino, niños comen goulash acá, así que no vino. Estuve a punto de gritar: ¡Y qué diablos importa que lo coman niños no sabe que el alcohol se evapora con la cocción vaca estúpida!, pero dada la desigualdad de tamaño entre ella y yo, creí que lo más prudente era hacer un sabio ¡ah! Debo decir que estuve a punto de acercarme más a su lengua natal y hacer muu!, pero no sabía muy bien como hacerlo, ¿Qué tal si resultaba que en vez de hacer un muu de aprobación lo que hacía era una invitación al apareo? A esas alturas quería salir corriendo, pero me interrumpió la huida. Señoj, yo hago buen goulash, gente agrega tomate, pero yo no, añadió muy satisfecha como los calvinistas que se saben elegidos por Dios. Ahora fue mi turno de abrir los ojos como platos, ¡goulash, sin tomate, pero si eso es una contradicción en los términos!, eso no es un plato, es un atentado. De repente, sentí que la situación me era familar de una manera extraña, como si repentinamente sentimientos infantiles volvieran a nacer en mi. Un pensamiento me fulminó y me recorrió como un golpe eléctrico: Hansel, Gretel, la bruja, la bruja!!!!. Ahí estaba frente a mi la bruja, rolliza, rosada y enorme, y yo como un niño, pequeño y tentado por un alimento que podría conducirme a mi perdición. Dejé de lado toda cortesía, pagué, tomé mi sombrero y me fui.

RECETA GOULASH (Según mi abuela es la versión Austriaca)
 
Ingredientes

Dos cebollas grandes, pero muy grandes, de esas que en caso de emergencia se pueden usar como proyectiles.
Tres tomates grandes del tipo riñón, si no hay, elija cualquier variedad que de jugo. Así que nada de tomate pomarola.
Tres zanahoria en cubitos, lo que los pitucos llaman corte brunoise.
Tres dientes de ajo.
Medio litro de vino tinto, personalmente creo que el mejor para el plato es el Carmen Margaux, da muy buen sabor, es barato e incluso se puede beber sin intoxicarse. Ahora bien, si usted es de los que cree ser de gustos más refinados, puede utilizar un Marqués de Casa y Concha, un Don Melchor, incluso un Chadwick. Con lo cual convierte un simple y delicioso plato de campesinos en un complejo y caro plato para clase media aspiracional. Posiblemente esta sea su opción si solo compra productos electrónicos Mac, piensa que algo menos que un Peugeot es una cuca de carabineros y que comprar en Johnson es signo de bancarrota y mal gusto.
Un bello pimentón rojo.
Ahora los ingredientes que constituyen el alma del Goulash:
Paprika dulce, conocida en estos lares como ají de color.
Paprika picante, desconocida en estas latitudes donde el diablo perdió el poncho, pero se encuentra en supermercados no-económicos.
Manteca de origen animal. Prácticamente inexistente en estos días donde la palabra colesterol se asocia a pecado y degeneración, puede sustituirse con una mezcla de aceite de maravilla y mantequilla.
Carne de Vacuno. Paradójicamente la carne chilena es la mejor para este plato ¿por qué? (se preguntará usted) Muy simple porque es dura como zapato y sabrosa, lo que la hace ideal para soportar el largo proceso de cocción de este plato. Respecto al corte, los puristas usan el choclillo, pues al deshacerse el colágeno que contiene forma una deliciosa salsa espesa. No obstante, cualquier corte de los de estofado o cacerola sirven. Por favor no se las de “de fino” y use un lomo liso o vetado.

Preparación

Pique la carne en cubos de unos dos centímetros aprox.
Pique la cebolla (bien fina)
Pique el pimentón rojo
Descorche el vino (resista la tentación y no se lo tome)
En una olla grande y de fondo grueso, idealmente de fierro, sino de aluminio (con teflón para evitar el Alzheimer) caliente la manteca. Cuando no pueda conseguir manteca, caliente aceite de maravilla y mantequilla.
Cuando esté caliente la grasa/aceite agregue la cebolla y fríala con confianza, cuando adquiera ese hermoso color dorado añada la carne en cubitos y séllela.
En ese momento retire la olla del quemador y agregue por lo menos dos cucharadas soperas colmadas de paprika dulce y dos cucharaditas de té de paprika picante. Revuelva bien y con ganas. Salpimiente a gusto. No sea flojo tratando de agregar la paprika mientras la olla esta en el quemador, lo más seguro si hace eso es que el ají de color se queme y le de un gusto amargo al plato que le quedará por siempre jamás.
Agregue el pimento rojo y revuela. Devuelva la olla al quemador.
Ponga en la olla los tomates picados en cubos.
Añada las zanahorias.
Ponga una taza de vino y revuelva.
Cuando suelte el primer hervor baje la llama al mínimo y ármese de paciencia, pues debe darle al cocimiento por los menos una hora y media, o hasta que la carne este blanda de modo que los cubitos de carne se deshagan en la boca.
De vez en cuando revise la cocción y revuelva. Para estos momentos la cocina debe oler a gloria bendita.
Si ve que el plato amenaza con secarse y quemarse añada de a poco el resto del vino de modo de evitar el desastre. Advierto que el mero jugo de la carne y los vegetales debería bastar para cocer los elementos. Nunca, pero nunca añada agua en el principio de la cocción, pues estamos haciendo una salsa-goulash no una sopa (existe una sopa goulash y es riquísima, pero se hace de una manera un poco diferente).
Cuando la carne esté lista y la salsa tenga el espesor deseado apague el quemador.
El plato se puede acompañar con spaetzel, arroz, puré, o ñoquis.

Escrito por: Boris Eremiev

lunes, 2 de abril de 2012

REINETA AL WOK





Esta maravilla resultó hoy luego de varios intentos frustrados, tanto por falta de técnica con los fideos, como por la desarticulación precipitada del pescado. A Angie le gustó mucho.
La receta es para 3 personas.

Ingredientes

600 gr. Reineta
Dos pimentones, uno rojo y otro verde
Dos tomates pomarola (u otro)
Media cebolla cortada en pluma
4 dientes de ajo
2cm de jengibre fresco
Un ají cacho de cabra fresco (u otro rojo)
Un cebollín
Fideos de alfortón o trigo negro (pueden ser de arroz o huevo)
Maizena
Teriyaki
Soya
Aceite, sal y pimienta

Preparación

El pescado se corta en trozos tamaño dedo gordo, luego se espolvorean con maizena y un poco de pimienta. Una vez cortados todos los otros ingredientes, el ajo, el ají y el jengibre finamente picados, estamos listos para comenzar.

Primero, el aceite del wok ha de estar bien caliente (como en toda la comida asiática al wok). Ponemos primero la cebolla y luego el pescado, los cuales se frien por 4 minutos, el wok siempre en constante movimiento circular. Luego se agrega el pimenton picado, el ajo, el jengibre y el ají, y se cocinan por otros 4 minutos mientras se le agrega un toque de soya y teriyaki. Se apaga el wok, y se le agrega al final el tomate fresco y el cebollín picado.

Simultaneamente se cocinan los fideos (o noodles), dependiento del tiempo de cocción. Un secreto para los fideos es que una vez cocidos, hay que remojarlos un poquito en agua fria para que queden elásticos y separados - pero no hay que dejar que se enfríen.

El pescado se sirve encima de los fideos, no haga la estupidez de revolverlo todo.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Trucha Al Eneldo (invención de JE)




Esta trucha la cocinamos hoy Domingo, junto con Ángela, para Boris y Rebe, con unas papas dauphinoise, y quedó bastante sabrosa - dignos de mencionar también son el par de botellas de vino, la baguette, la buena conversa, el queque de zanahoria, y la acidez que me compañó hasta la mañana. La reseta es asombrosamente simple. Asumiendo un grado standard de sentido común, la virtud es toda de los ingredientes.


Ingredientes

Una trucha de 900 gr.
200 ml vino blanco
Manojo de eneldo fresco
50 ml crema
Una cebolla
Ajo

Preparación

La cebolla, picada en pluma, se acuesta en la base del recipiente. El pescado, trozado al gusto, se coloca encima. Luego el eneldo picado se reparte con justicia, luego el vino blanco, y luego la crema. En seguida se tapa con papel aluminio, se mete al horno, y se deja a merced de las leyes de la física, que en 25 minutos te dejan un plato de la puta madre.



sábado, 5 de junio de 2010

CAZUELA DE PAVA




Esta cazuela la hizo la Migue hace unos días, para la familia Echeñique aquí en Santiago. La receta es un secreto revelado por la señora María.
Receta para cinco comensales. Tiempo de cocción, Una hora y media.
Ingredientes
2 trutros (piernas) y 6 osobucos de 'pava' (es decir, pavo)
5 papas medianas
500gr de zapallo (calabaza)
130gr porotos verdes (judías verdes, ejotes)
1 zanahoria rallada
Media tasa de chuchoca*
Una cucharada pequeña de merquén
3 litros de agua
3 cucharadas de aceite
Sal al gusto

Preparación

La cazuela de pava no tiene mucha ciencia, y por eso mismo es sorprendentemente deliciosa. Primero se fríen las presas de pava en aceite para sellarlas, por 20 minutos. Luego se les agrega la zanahoria rallada, las papas, y los porotos verdes. Sofría bien todo, y luego añádale el agua hirviendo. Finalmente se le agregan la chuchoca, el zapallo, la cucharadita de merquén y sal al gusto. Se deja hervir por 40 minutos más. El zapallo se deshace y la cazuela debería por ende quedarle un tanto espesa.

*La chuchoca se encuentra ya preparada en Chile, Argentina, Perú y Bolivia. Se hace a base de maíz dulce (choclo, elote) que primero se coce y luego se deja secar. Una vez seco, se muele con mortero de piedra hasta quedar un polvillo fino blanquecino.


martes, 9 de marzo de 2010

STAKE & ALE PIE (tarta inglesa de bistec con cerveza)




En contra de aquellos que dicen que los británicos no tienen cocina, esta receta prueba lo contrario. La hice en mi casa de St Andrews para los chicos.

(Tiempo: 2 1/2 horas. Comensales hambrientos: 6)

Ingredientes
1kg carne de res para estofar500ml ale (cerveza de alta fermentación)300ml agua caliente3 cubitos de caldo de res2 cebollas grandesAceite vegetal3 cucharadas soperas de harina normal2 cucharadillas de mostaza inglesa o DijonMedio K de harina
250g. mantequilla
1 El hojaldre. Hacer el hojaldre requiere algo de paciencia. Una receta fácil y que da muy buenos resultados es la siguiente: (i) en un recipiente grande ponga medio K de harina normal y una pizca de sal; (ii) en un plato corte en trozos pequeños 250g. de mantequilla sin sal; (iii) vaya frotando la mantequilla con la harina hasta formar una consistencia de migajas finas; (iv) vierta un medio vaso de agua bien fría y mezcle todo con un cuchillo; (v) presione gentilmente la pasta sin amasarla mucho, pues de otro modo soltará la mantequilla por los poros de la harina y le quedará grasosa, (vi) finalmente cúbrala y déjela refrigerar por 20 minutos; (vii) deposite la masa en una superficie con un poco de harina, y amásela con el uslero (en una sola dirección) formando un rectángulo de un largo tres veces su grosor (fíjese que los bordes le queden bien definidos): la idea es doblarlo por la mitad, volver a aplanarlo, y doblarlo nuevamente. (viii) cubra la masa y déjela enfriarse por al menos 20 minutos antes de usar.

2 El relleno. Corte la cebolla en cuadraditos, y la carne en cubos de 2 x 2cm. Caliente el aceite (unas tres cucharadas grandes) en una olla grande, y agregue la cebolla. Cocínela hasta que comience a despedir jugo. Luego agregue la carne y cocínela hasta sellarla. Después añada la harina, y mézclela bien con los jugos. Deje que la harina se vaya cocinando, mientras le va agregando la cerveza pausadamente, para que no se pegue a la olla. Una vez añadida la cerveza, agregue los cubitos y revuelva hasta que estén disueltos. Agregue el agua para diluir un poco el caldo, y luego la mostaza. Una vez alcanzada la ebullición, tape la olla y cocine a fuego bajo por dos horas, agitando cada cierto tiempo.

3 La formación de la tarta. Estire la masa de hojaldre, de modo que de ella pueda sacar al menos tres capas del tamaño del recipiente que va a usar para hornear la tarta. En ese recipiente para hornear (que no sobrepase los 10cm de altura), ponga una capa en la base, luego eche el caldo encima y finalmente cubra el recipiente con las otras dos capas. Déjela hornear por unos quince minutos, o hasta que el hojaldre esté dorado. Acompañe con puré y verduras.

lunes, 1 de marzo de 2010

TORTILLA DE PAPAS CON CHORIZO (la clásica de Eduardo, pero con chorizo)



Pese a la polémica respecto a la mejor forma de hacer una tortilla, ésta es la verdadera, la real. La cocinó Eduardo en su casa en St Andrews, y se dice en Valladolid que la de él es incomparable.

Ingredientes

4 papas grandes (no enormes)
4 huevos medianos-grandes
Una cebolla pequeña
Un chorizo pequeño
300ml aceite de oliva
Sal

1 El preámbulo: Las papas se pelan y trozan (de diez a quince trozos iguales por papa). La cebolla se corta en plumillas, y el chorizo en pedacitos. En una sartén mediana o grande (la idea es que las papas con la cebolla entren bien en el sartén, sin que sobre mucho espacio, pero tampoco se abochorne) ponga a hervir el aceite. (Se puede usar más de 300ml de aceite, pero generalmente no es estrictamente necesario.) Mientras tanto, bata los huevos en un recipiente lo suficientemente para recibir luego (en el tercer paso) las papas, la cebolla y el chorizo.


2 La fritura: cuando el aceite esté hirviendo, baje el fuego y ponga a freír las papas trozadas. La idea es que el aceite cubra cómodamente las papas, que al freírse iran disminuyendo de tamaño hasta ser cubiertas en su mayoría. A los 10 minutos añada la cebolla y el chorizo al sartén, y déjelos freír por 5 minutos. El tiempo es sólo una guía: La idea es que al pinchar las papas el tenedor entre bien, pero que la papa no se le haga añicos.


3 La mezcla: en una cuchara con hoyos o una coladora vaya pasando las papas y la cebolla fritas al recipiente con los huevos batidos, sin involucrar mucho aceite. Luego con un tenedor mezcle bien con el huevo batido, y vaya trozando las papas suavemente con el tenedor, sin hacerlas puré. Que le queden pedacitos de papa. Póngale sal (una cucharadita), y revuelva bien. Si le parece que le quedó muy seca, agregue otro huevo.

4 La constitución de la tortilla: ponga el mismo sartén donde frió las papas, con poquito aceite, a fuego bajo. Deposite la mezcla anaranjada en el sartén, y déle forma regular con el tenedor. Déjela cocinarse unos tres minutos, mientras mueve el sartén horizontalmente en movimientos rápidos: la tortilla debería quedarse quieta mientras el sartén se mueve (sino es que está pegada, y se le jodió). Luego, tenemos que voltear la tortilla. Consígase un plato de diámetro igual o mayor al de su sartén, que sea liso (las superficies rugosas no sirven) y que no sea hondo (mientras más plano mejor.) Cubra el sartén con el plato, y délos vuelta como le sea más cómodo (por ejemplo, agarre el mango con una mano y ponga la otra en el plato): la tortilla debería quedarle enterita en el plato. Luego hay que devolver la tortilla a la sartén: en esta transición desertan todos los aprendices. Esto requiere práctica, pero la idea es dejar caer la tortilla suavemente a la sartén, poniendo el plato casi adentro y empujándola suavemente a medida que lo va retirando. Déjela cocinar otros 3 minutos. No la deje mucho más, porque sino le va a quedar muy seca. Si es asquiento al huevo crudo, mejor hágase un sándwich.